También es importante subrayar como una tecnología pre-Colombina que fue interrumpida de manera tan catastrófica hace más de quinientos años es capaz de ofrecer soluciones a problemas generados por la modernidad. Entonces nos toca aprender de ciertas tecnologías pre-Colombinas, así como de sus cosmovisiones. Los Kichwa-Lamas así como otros pueblos indígena de la amazonia consideran el planeta, el cosmos, como las montañas, los ríos, y mucho más como ser vivientes y con conciencia tal como los humanos, y como ellos poseen volición. Los Kichwa-Lamas se dirigen a los espíritus del chacra-huerto con términos de parentela tal como: Mama Allpa (espíritu del suelo); Pachamama (espíritu de la tierra); Mama Killa (espíritu de la luna); Yakumama (espíritu del agua); Sachamama (espíritu de la Selva); Tayta Inti (espíritu del sol) entre otros. En estas ofrendas los humanos se dirigen a ellos como parientes mayores, a la vez expresando ser parte de la tierra y del cosmos, y que estos parientes espíritus no-humanos les nutren y mantienen la vida. Tal reconocimiento genera el deseo de reciprocar, así como de tratar de cuidar el mundo del cual todos los humanos dependen. Al mismo tiempo tal cosmovisión indígena nos enseña hoy - una época de crisis ecológica aguda – a desarrollar una manera radicalmente distinta de ver a la naturaleza. Desgraciadamente, la naturaleza devino en la mirada de la modernidad occidental, una maquina insensible, sin volición y sin conciencia, que debe ser dominada, así como sus supuestamente “recursos naturales” que existen únicamente para el uso de los humanos.